miércoles, mayo 31, 2006

Seriedad

Tal y como decían las indicaciones, tomé el Manual del Mesías, pensé en mi pregunta, escogí una página al azar, izquierda o derecha y señalé el lugar. Olvidé la pregunta, pero la respuesta quedó retumbando en las ramificadas grutas de mi mente:

" Debes tomar tu muerte
con un poco de seriedad.
Las formas de vida menos avanzadas
no entienden generalmente que
marches riendo
al patíbulo y te menospreciaran
por loco ".

El eco de la respuesta aparece otra vez cuando, en ocasiones, una punzada intensa al lado derecho del centro del pecho me hace recordar la pregunta ineludible: ¿estoy muriendo?. En ese momento, no se escucha el gélido susurro de la muerte acudiendo a contestarme como en ¿Conoces a Joe Black?, pero todos conocemos la respuesta: . En cada respiro extinguimos un poco de vida, en cada latido, el corazón se desagarra un poco. Todos hemos de abandonar el sueño lúcido llamado vida, ya sea en unas horas o en setenta años. Pero cómo afrontar la muerte con seriedad, si mientras respiro sólo puedo ser serio cuando comparto mi espíritu (como en este lugar). Cómo tomar la humanidad en serio si su mundo entero es una ilusión risible e ingenua, y sus realidades son caricaturas de realidades pasadas, sólo que cada véz más alejadas de los significados originales, del significado de la Vida, no importa si vives en el primer mundo o en el “quinto infierno”. Y cómo no reirme de mí mismo, si no encuentro a mi alrededor un sólo humano consciente, consecuente u honesto.

Si Caronte ha decidido guiar su barca hacia mi orilla, cuando llegue no deseo estar haciendo algo que no quiera, pues a pesar de un indescifrable peso de ancianidad que sobrellevo desde la niñéz, no puedo evitar seguir sintiendo como niño, y por lo pronto, no veo otra forma de ver la existencia. Estoy tan maravillado con la consciencia de la vida, que perdido en mis juegos, me he olvidado de vivir los juegos humanos. O quizá aún no despierto del asombro de estar vivo.

" He aquí una prueba para verificar
si tu misión en la tierra ha concluido:
Si estás vivo, no ha concluido ".

lunes, mayo 29, 2006

Sobre las casualidades y los patrones

Últimamente la casualidad ha querido que varios mensajes me recuerden que tras la complejidad subyacente en el tejido de los hechos rutinarios, surgen eventualmente patrones que atisban un orden aparente, como si el diseño que estructura nuestros cuerpos y nuestras almas permita ver en ocasiones el código fuente del programa que nos genera. Como si en algunos casos se descubriera la inexistencia del tiempo, y el universo obedeciera a reglas determinísticas que se esconden detrás de códigos cifrados aguardando a ser descubiertos.


Tal vez se trate tan sólo de casualidades, tal vez hay tanta información flotando en el mundo que es inevitable que eventualmente aparezcan coincidencias, o tal vez hay un orden real que se descubre cuando se rasgan el tejido del tiempo o del espacio. Dejo esta reflexión en el aire a quien se atreva a buscar entre las casualidades imposibles, las relacionadas con tragedias políticas e incluso aquellas que, a manera de juego, relacionan la informática con el fin del mundo. Quiza sin notarlo se corra el riesgo que ocurra lo mismo que pasó en Macondo cuando fueron descifrados los pergaminos de Melquiades.

jueves, mayo 25, 2006

La ilusión de la democracia

Se aproxima el día en el que ríos de gentes se acercaran a las urnas de votación con un propósito que difícilmente puede ejercer un ser inconsciente: Elegir. Y a pesar de contar con el don y el derecho de la libertad, muchas personas sin darse cuenta cederán este derecho a algunos más poderosos, para quienes el individuo no es importante si no es para rendirles pleitesía, y para garantizar su subsistencia; me refiero a los medios de comunicación, no en vano llamados el cuarto poder.

Si el ciudadano no se capacita respecto a su deber, no se documenta en un número considerable de fuentes diversas, y no analiza con objetividad la información obtenida, está siendo manipulado. Lamentablemente los sistemas políticos, bajo su falsa apariencia de igualdad están hechos para favorecer a los más poderosos; así es como las campañas políticas tienen tanto acceso a los medios como el dinero lo permita, los canales privados de televisión y los diarios pueden favorecer a un candidato respecto a los demás, presentando en las noticias los aspectos positivos y ocultando los negativos, sin contar con el apoyo económico que prestan las grandes industrias a algunos partidos con el fin de mantener sus intereses, o la presentación de encuestas que influencian las decisiones de los más ignorantes. Todo esto quiere decir que en realidad la democracia no es gobierno del pueblo, es el gobierno del pueblo influenciado por los medios. No cualquiera llega al poder, sólo aquél que tenga la venia de los poderosos. De allí la importancia de votar a consciencia, si se tienen dudas, lo más responsable es un votar en blanco, por lo menos, mientras aparece un sistema político que valore las diferencias y que a la vez garantice equidad.

Recuerdo los días de colegio en los que elegíamos el representante estudiantil mediante voto público, que era anotado en el tablero frente a los nombres de los candidatos. Por mi apellido solía estar entre los últimos de la lista, y en una ocasión, tras votar por un compañero que contaba con un pequeño número de votos respecto al favorito, alguien cuestionó mi voto preguntándome por qué votaba por alguien que no iba a ganar. No recuerdo mi respuesta en ese instante, pero lo que me motiva a darla en este momento está inspirada por el mismo sentimiento que en aquella ocasión: Quizá no gane el candidato por el que vote, pero yo si gano al ejercer mi derecho a elegir sin ser influenciado.

domingo, mayo 21, 2006

Revaluación

Hay tres clases de almas,tres clases de plegarias:
"Soy un arco entre tus manos, Señor;"
"tiéndeme para que no me pudra."
"No me tiendas demasiado, Señor; me romperé."
"Tiéndeme lo que tú quieras, Señor. Qué mas da si me rompo."
Elige.
El torbellino de las ideas me dispersa y me arroja a mil lugares a la vez, el tiempo amigo y enemigo simultáneamente, condensa las experiencias y las alarga, y juega con los recuerdos filtrando sólo aquellos que me han aportado conocimiento o felicidad, mientras me recuerda que soy efímero y que debo aprovechar la velocidad con la que el manantial de pensamientos brota entre las fisuras de la corteza cerebral. En vano trato de acoplarme al cadencioso ritmo de la humanidad mientras mi mente se descabrita ante la presión de las situaciones absurdas, de los objetivos sin sentido, del conflicto de intereses de cuanto anhelo y de cuanto el mundo espera de mi. ¿Qué pasa cuando detrás de la máscara de aquello que deseamos se encuentra lo que ya tenemos, y la máscara resulta ser un ancla que nos frena impidiéndonos ser felices?, ¿Que pasa cuando nuestra amada libertad se ve encerrada por cumplir un objetivo a mediano plazo?

Hace unos años descubrí que invocamos los problemas cuando necesitamos aprender algo. sólo tiene problemas aquél que los necesita. Eso es algo que no he olvidado, sin embargo cuando creemos tener todo bajo control, nos permitimos ser seducidos por leves problemas, hasta que nos absorben, como quien nada junto a la playa y se adentra en el mar a medida que gana seguridad, pero ignora cuanto se ha alejado de la orilla hasta que el fondo es inalcanzable. Así me ha pasado, y los últimos tres años he hecho demasiados negocios malos, lo que implica problemas mundanos de los que he ganado bastante experiencia, costosamente pagada con la pérdida de la libertad al tener que pagar los compromisos económicos contraídos. Creí encontrar futuro en la Academia, cuando en realidad aprendo más por mi cuenta, sin presiones absurdas de terceros. Hago cuanto puedo por ayudar a mi familia, y con frustración descubro que la situación no cambia en absoluto, sus mundos son demasiado distantes, demasiado reales, demasido necesitados de conflictos. Así es como distraigo mis días desde hace varios meses, encadenado a un Cáucaso sin la posibilidad de liberarme, y con la voluntad agotada. Podría solucionarlo todo en poco tiempo si no fuera por un problema menor: no tengo disciplina y no sé como adquirirla; a pesar de contar con una inmensa red de amigos, a los cuales agradezco de corazón el cariño que me roban, me siento solo y termino decidiendo que pese al potencial que aún me queda, estaría mejor lejos de todo, como ermitaño en una caverna musgosa, rodeado de frutales a los cuales agradecer cada día el alimento, donde los problemas del mundo no me toquen, para no sentirme culpable por mi imposibilidad de lograr resolverlos.

viernes, mayo 19, 2006

Sobre la exclusión en la educación

Llevaba varios meses con una reflexión atragantada entre el conducto por el que fluyen los pensamientos, obstaculizando el flujo de las ideas recién nacidas, y de no ser por una conferencia a la que asistí recientemente, sobre el lugar de la humanidad en el universo y la importancia de la educación para el desarrollo científico, seguramente seguiría con ese pensamiento estancado, sin la intención de compartirlo. En dicha conferencia, entre muchas acertadas reflexiones, el físico Fabio Ballén recordaba cómo los demás animales nacen con toda la información necesaria para garantizar su supervivencia, así es como el perro nace perro, el gato nace gato, el ciervo nace ciervo, etc. Pero las crías humanas nacen inermes y sin conocimientos para sobrevivir; en palabras de Ballén, “nadie nace humano: Es la educación la que nos humaniza”. Es la educación la que distingue un cavernícola de hace 20.000 años de un artista, ingeniero, filósofo, e incluso, de un político.

Veo hacia atrás y me alegro de la inmensa fortuna que tuve al lograr obtener mi título de pregrado en una universidad pública, e imagino a todos los compañeros de todos los cursos de primaria y secundaria con los que compartí aulas escolares, y pienso en cuántos de ellos lograron tener para estas alturas un título profesional, adquirir una vocación que les dé frutos económicos satisfactorios o que por lo menos que les provea de una vida digna. Desearía que todos, aunque la realidad ha de ser otra: Estudiar en una universidad privada es es un lujo, de manera que las universidades públicas debieran suplir las necesidades de educación de la inmensa población que no accede a las privadas, sin embargo, el criterio de selección en una universidad pública es un examen de conocimientos; de los conocimientos que se aprenden en el colegio. Debido a la poca inversión estatal en plantas y en docencia, la calidad en la educación en la mayoría de los colegios públicos es inferior a la de los privados, que son más costosos; de manera que es menos probable que un exalumno de un colegio público acceda a una universidad pública, a que exalumno de un colegio privado lo logre, máxime cuando las crisis económicas han obligado a familias otrora pudientes a educar sus hijos en universidades publicas, lo que reduce el número de cupos para estudiantes de bajos recursos. También es posible tener acceso a becas, pero para ello se requiere ser un alumno excepcional, para lo cual la educación familiar ha de ser rica en valores y en información, características que no abundan en las familias más pobres, a menos que se sea un superdotado o un mártir. En conclusión: si no se tiene dinero para costear una educación de buena calidad, o no se tienen la características intelectuales necesarias para acceder a un buen colegio público, la educación superior en una universidad pública se convierte en una utopía; volviendo a las palabras de Fabio Ballén, si “es la educación la que nos humaniza” y la educación no se puede obtener sin dinero, entonces “el dinero nos hace humanos”.

La educación es un derecho, por lo que debiera ser gratuita para todos y de buena calidad, además quizá no haya otra forma de salir del subdesarrollo. Por otra parte, la ignorancia ha de ser una decisión, no una obligación, mientras eso no cambie, los más pobres estarán condenados a ser excluídos del conocimiento, y por ende, del poder.

martes, mayo 09, 2006

¿Qué es el amor?

Deslizandome entre algunos blogs que frecuento tratando de profundizar en el espíritu de sus autores, encontré una pregunta que me causó curiosidad:¿Qué es el amor? Traté de esbozar por escrito una definición y un momento después y surgió del algún rincón de la memoria el recuerdo de una noche de juerga en algún bar ahora extinto, el amargo sabor de la cerveza, la alegría de la compañía de un par de amigos y la ambientación musical de la canción de de Foreigner:



I wanna know what love is
I want you to show me
I wanna feel what love is
I know you can show me



Recordé también que en aquella época creía que el amor romántico era el sentimiento máximo, y añoraba encontrarlo en la princesa esperada destinada para mí; sentimiento similar al que expresa Christian, el personaje de Ewan McGregor al inicio de Moulin Rouge, antes de conocer a Satine. La lluvia del tiempo pasó y “mi absurda obsesión por el amor” se olvidó, al igual que las historias de princesas, y parte del mundo mítico en el que me encontraba sumergido.

Sólo hasta después de haber soltado las amarras del bote de la única mujer de la que me enamoré, para liberarla de mis afectos románticos, descubrí la razón por la que nunca me había ocurrido antes: El enamoramiento generalmente requiere el desconocimiento de la otra persona, y en mi caso siempre procuré conocer bien a las mujeres que me atraían, lo que anulaba la sorpresa y la magia que da el conocimiento mutuo; de manera que antes de Ella quice mucho, pero nunca me enamoré. También descubrí el hondo abismo que separa el enamoramiento del el Amor, aunque suelen confundirse. El enamoramiento es, como lo llamó un amigo, el “amor Walt Disney”, comercializado como un producto de primera necesidad, para tratar de hacer sentir desgraciados a aquellos que no lo adquieren, pero ese no es el Amor Real. Así es que, para evitar que los términos que utilizamos nos distancien en vez de acercarnos, compartiré a continuación lo que en mi argot significan tres palabras que en muchos casos se mencionan indistintamente:
  • El enamoramiento es aquél sentimiento involuntario, dirigido hacia la pareja y motivado por la química biológica, manifestado por el fuerte deseo de estar con la otra persona, por el reconocimiento de su aroma en un cuarto lleno de gente, por la contracción del tiempo compartido y la dilatación del tiempo ausentes, por el aumento de intensidad del color rojo en las flores y del azul en el cielo.
  • El Querer o el Cariño es el sentimiento voluntario de afecto, enfocado hacia la persona querida y que se manifiesta en la decisión de estar cerca a la otra persona, de afanarse por sus problemas, alegrarse por sus triunfos y de preferir con cierto egoísmo a las personas queridas sobre las demás.
  • El Amor es el sentimiento consciente de reconocerse en otro ser vivo, de desearle el bien y procurarlo aún por encima del propio sacrificio, que se manifiesta por la necesidad de compenetración y admiración por todo lo existente.
En conclusión: el cuerpo se enamora, la mente quiere y el alma ama; no mencionaré definiciones de otros estados asociados a las relaciones afectivas, como el deseo o la pasión (que fundamentan muchas relaciones), por que estan un poco distanciadas del concepto de amor expuesto, que además, posible es que entre en conflicto con otras definiciones, pero para eso también son los blogs. Los ejemplos se los dejo de tarea a quien logre desenmarañar mis ideas; sólo puedo decir, después de aclarar conceptos, que (aunque no con la fuerza que se merecen) Los Amo a Todos.

sábado, mayo 06, 2006

Sobre los hijos

Para algunos es un milagro, para otros es una reacción química producto del comportamiento emergente de millones de moléculas organizadas por una larga evolución, otros ven en ello la manifestación viva del Creador y algunos lo consideran el resultado inesperado de la ruptura del preservativo, del corrimiento de la regla, de la falla del dispositivo, del exceso de confianza en el destino. Cada quien decide lo que significa traer al mundo una nueva vida, aunque lo ideal sería que los niños no fueran fruto de un error en el itinerario de la cigüeña.

Durante de mi adolescencia, el dolor de un mundo atormentado por la humanidad me insinuaba que tener hijos no solamente era irresponsable, también era antiético. Ver la imágenes de guerras cercanas y lejanas, las profundas heridas en el planeta causadas por la humanidad y a los nuevos padres reiterando errores de los padres del pasado, ratificando así que la ignorancia es una enfermedad hereditaria, parecían razones suficientes para no considerar el tema. Desde entonces el mundo ha continuado desenrollandose en la madeja del tiempo y nuevos puntos de vista han aflorado en mi percepción de la vida; ahora reconozco la importancia de educar gente valiosa para el futuro y creo que está bien tener hijos cuando son una decisión consciente (aclaro que no estoy de acuerdo con el aborto, pero no abordaré el tema por el momento), lo que implica una inmensa responsabilidad de los padres que nunca se prepararon para serlo, si no desean que sus hijos reproduzcan sus errores y defectos.

Por mi parte no he buscado tener hijos por que no me siento digno de tenerlos, pues no he hecho nada por convertir este mundo en un lugar mejor. Hago lo posible por dar buen ejemplo a quienes me rodean, pero es como una gota de tinta lanzada al océano (es por eso, en parte, que sólo me relaciono con aquellos a quienes considero valiosos, por que los débiles siempre aprenderán lo peor de ti y los fuertes lo mejor), además el ejemplo no es suficiente, desearía sentirme más completo antes de delegarle a otro mi carga, sea esposa o hijo. Por otra parte tengo la certeza de la inmensa alegría que experimenta el universo cuando una nueva vida arriba al planeta, y sé que tener un hijo me haría muy feliz, pero también se que este no es el momento, cuando los hijos de mi cerebro son un racimo de proyectos incipientes que requieren de todo mi cuidado para ser libres. Quizá se me pase el tiempo jugando en soledad con mis utopias y descubra un día que mi egoísmo fue mas grande que el amor por la descendencia, o tal vez, por el contrario, llegue una criaturita que necesite de mí, y desde ese instante decida postergar indefinidamente cuanto ansío para dedicarle todo cuanto soy al Proyecto más Grande. Difícil conciliar entre ambos extremos.

jueves, mayo 04, 2006

Sobre Transmilenio

Durante dos días de lluvia y frío la industria del transporte público se detuvo en Bogotá como una última medida para negociar su inminente extinción, lo que obligó a sus usuarios a buscar medios alternativos para desplazarse a sus trabajos, desde camiones hasta taxis, a pie o en bicicleta. La primera noche la ciudad estaba tan desolada como una navidad o año nuevo y la segunda se supo la noticia del fin del paro y paulatinamente la ciudad se sumergió en el caos habitual.

El paro de buses me perjudicó como a los demás usuarios del transporte público (en menor grado, pues yo tomé taxi y ese es un lujo que muchos no se pueden permitir), y aunque no soy santo de devoción del sistema actual, tampoco estoy de acuerdo con Transmilenio, la solución que el estado está imponiendo, por las siguientes razones, (algunas de las cuales también adolece el sistema de buses actual):
Transmilenio es una empresa privada, por lo tanto uno de los objetivos fundamentales es obtener rentabilidad para sus socios, lo que significa que su calidad no mejorará a menos que su rentabilidad esté en riesgo. Si en las condiciones actuales la calidad de Transmilenio es deficiente, ¿Qué pasará cuando no exista competencia? Si fuese una empresa sin ánimo de lucro y sus socios no estuvieran tan ligados a la política del país, seguramente sería la solución ideal, pensaría más en los usuarios que en la rentabilidad, trataría de implementar vehículos más grandes, reduciría el costo de los pasajes, buscaría la alternativa más ecológica, costearía la malla vial y ubicarían rutas donde actualmente no las hay; lamentablemente la realidad es otra y el lucrativo negocio del transporte que ha ayudado a enriquecer algunas castas de políticos no es un pastel que alguien desee compartir.

Para muchos Transmilenio es indudablemente mejor que el sistema actual, muchos de ellos no tienen que utilizar el servicio todos los días y muchos de ellos mejoraron su calidad de vida reduciendo el tiempo de desplazamiento diario; pero para aquellos que no tenemos que desplazarnos grandes distancias, para los que la comodidad y el trato digno vale más que el tiempo, los que preferimos el transporte público al privado por motivos ecológicos, no es una solución; y pese a que el prontamente agonizante sistema de transporte actual no es del todo cómodo, no es del todo rápido, no está completamente regulado de acuerdo a las políticas ambientales y no nos trata con la dignidad adecuada, aún queda una alternativa: tenemos la libertad de elegir. Cuando sólo haya una empresa esa libertad desaparecerá.