lunes, diciembre 04, 2006

Capítulo II

Nuevamente retorno al lugar donde algunos de mis hijos medio-elaborados aguardan pacientemente por nuevos hermanos. La última ausencia fue mas larga que las anteriores, pero las mismas razones que nos alejan nos obligan a regresar. Por lo pronto deseo compartir con los transeúntes virtuales algunos pensamientos engendrados durante el último par de meses:
  • Vive una vida que merezca ser merecida.

  • ¿Para qué esperar por un futuro extraordinario, si se pude vivir un presente extraordinario?

  • Me dejo de importar lo que los demás pensaban de mi aspecto, cuando descubrí que quienes pensaban en ello, en realidad no piensan.

  • Podría no hacerlo, pero ¿por qué no hacerlo?

  • La satisfacción de un deseo nunca nos proporciona felicidad permanente, pero el deseo insatisfecho sí es causa de sufrimiento. El camino consiste en aprender a no desear.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

algunas veces satisfacer un deseo tambien puede acarrear mayor sufrimiento que nunca haberlo hecho

pero solo algunas veces


gracias por el comentario, aunque en mi vida escolar ahora todo esta relativamente tranquilo, desafortuinadamente no puedo decir eso por mucho tiempo. Es cierto, todo lo bueno pasa, pero lo malo tambien es transitorio...

Anónimo dijo...
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