Pasada la media noche, con cuatro cervezas en la cabeza, tengo el deseo insaciable de decir algo para lo cual no tengo palabras, de manifestar un sentimiento indescriptible, de compartir algo intangible, de regalar algo intocable. Por distraerme busco nuevas formas de hacer fuego, tratando de evocar tiempos en los que el hombre era no menos inteligente y más sensato. Exorcizo del olvido los sonidos de Pink Floyd mientras busco en mis recuerdos una belleza inefable, innombrable, inconcebible, inalterable, inexistente. Hay demasiada gente en mi, y en cada uno de nosotros, tanta, que aveces nuestro tiempo no es suficiente para escuchar todas nuestras voces. Mañana será otro día.
2 comentarios:
Umm. Tan profundos pensamientos rodeados de la magia del sentir. Aqui esta la respuesta del porque estoy ahi y no quiero irme.
Si , mañana será otro dia y por supesto será mejor !
Lindo !!
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