Hola. Tal vez no me conoces y quizá nunca lo hagas, pero quiero que sepas que soy consciente de tu existencia, de que respiras, duermes y comes. Si así no fuera, no tendría sentido saludarte. Tal vez hay días en que pierdes la fe, otros en los que nada tiene sentido y otros en los que la frágil piel humana es insuficiente para protegernos del mundo que nos rodea. Vivimos en un mundo de apariencias, y la más notoria de todas es que parecemos similares aunque en el fondo seamos distintos desde la química de nuestro ADN, haciendo de cada uno de nosotros una especie distinta. Otra apariencia que nos subyuga es la de percibir el mundo como nuestro, cuando a la naturaleza, como a los gobiernos, le importan poco los individuos, sólo las estadísticas. Aún así aquí estamos escribiendo y leyendo, disfrutando de nuestra individualidad, unicidad y consciencia, en un mundo propio donde las apariencias se convierten en el mundo mismo. A ti te saludo hoy, a ese ser que come, duerme y respira, y deseo de corazón que seas feliz mientras lo hagas.
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