Tras más de seis meses de publicación semanal continua, finalmente varios sucesos se acumularon hasta limitar el tiempo de ocio a las horas de sueño, obligándome a dejar descansar esta bitácora por más de una semana. Es posible que mis visitantes habituales no hayan notado mi “corta” ausencia, pero yo si que lo he hecho; todos los días surgen nuevas ideas que me gustaría compartir, pero el filtro riguroso del tiempo me obliga a priorizarlas, atiborrándolas en mi inmensa lista de cosas por hacer, lo que me comprometería a vivir muchas decenas de años si no fuera por que finalmente descubrí que es más importante sentir que hacer. Sin embargo y a pesar de mi hedonismo, tengo corazón de ingeniero, casi que por encima del de artista, de forma tal que tengo la necesidad de construir para ser feliz; lo que incluye, la construcción de puentes con palabras que permitan acortar las distancias entre nuestras individualidades.
Muchas ideas seguro se quedarán sin compartir; otras en cambio ya habrán hastiado a aquellos con quienes comparto mis historias. Por lo pronto seguiré con mi compromiso de mejorar mis habilidades, de buscar la libertad al expresarme, de generar conciencia o de afianzarla, de mostrar mi repudio hacia la insensatez de occidente y de entregar honesta y gustosamente algo de mí a quien el azar traiga a esta playa. Sólo eso es cuanto pretendo.
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