miércoles, junio 02, 2010

Otro día en el país de la amnesia

LLuvias y soles se entremezclan en los días, rigiendo los afanes individuales de los citadinos. Cada quien pensando en su propia subsistencia, ignorando aveces, lo que existe más allá de sus barreras personales, su identidad, su familia, su microcomunidad. Se sabe que hay sufrimiento, que hay pobreza, que hay tristeza, pero mientras ellas afecten al otro y no a nosotros, no son nuestro problema, y tal vez cuando sea nuestro el sufrimiento, ya sea tarde para buscar consuelo.
Aún no veo que es aquello tan maravilloso que encuentran las personas en su estrés cotidiano, encerrandose en la esfera de sus propios aconteceres, sin abrir la ventana que nos abre el panorama del mundo permitiendonos acceder a una verdad más abierta a la de nuestra propia subjetividad. Pero hay quienes prefieren mantener la ventana cerrada, ignorar u olvidar; son esas personas que no quieren ver más allá de su propia aflicción las que toman las peores decisiones, por que contemplan muy pocas variables antes de decidir y no se dan cuenta, que somos uno, que lo que le afecta al otro, nos teminará afectando a todos. Esas personas que ignoran o olvidan los crímenes de estado, la corrupción o la pobreza, e incluso la justifican, son tan culpables como los líderes que escogen. Son culpables de ser manipulados, son cómplices de la guerra.
Lamentablemente, los que no queremos olvidar, los que deseamos un mundo mejor, así nos demande esfuerzo, estamos también encerrados en nuestra propia esfera, que nos permite quejarnos, pero no actuar; muchas veces, por que el camino de la ignorancia es el de la guerra, y no el de la paz.


No hay comentarios.: