domingo, abril 02, 2006

Sensibilización

La súbita reaparición de una efímera gripa que me afectó hace una semana redujo mi actividad y me regaló una excusa para no atender mis obligaciones este fin de semana; pero hay algo peor que el dolor en los huesos y la deshidratación por la nariz: la excesiva sensibilización que me produce el sentirme enfermo. Esta sensibilidad, similar a la que siento cuando duermo menos de cuatro horas y conservo los pies fríos todo el día, pero amplificada, me impide ver noticias sin hacerme sollozar, me llena de nostalgia durante las escenas sentimentales de las películas, y me convierte en un caracol sin su concha. Me desarma por completo. Como siempre, aquello que más nos afecta es la inconsciencia del mundo, en todas sus facetas: la ignorancia, crueldad, la irresponsabilidad, la absurda sed de poder.

Justamente ayer estuve en una conferencia de la artista Maria Teresa Hincapié, en la que se mostró muy conmovida por la destrucción de la naturaleza y la extinción de las culturas indígenas, y aunque de corazón comparto su tristeza, hay que tener en cuenta que todo aquello que conocemos es sólo la punta del iceberg. En todo el mundo todo el tiempo pasan cosas mucho más terribles de lo que los noticieros presentan, y si pienso en ello podría llorar toda la noche, pero como hoy no tengo armadura ante la impotencia sólo me queda un arma: La esperanza. La esperanza de saber que por cada cosa mala que ocurra, transcurren anónimamente infinidad de cosas buenas. La esperanza de poder sorprenderme ante la naturaleza y de tener cada instante algo por lo cual agradecer. La esperanza de saber que aún hay personas conscientes y que muchas de ellas quieren cambiar las cosas (ojalá quienes creen tener poder pensaran igual). La esperanza de saber que todos somos extranjeros en este lugar y que hemos venido en un viaje de aprendizaje, aunque sea dificil aprender a dejar las cosas como las encontramos, o mejor. Si lo importante no son las veces que caemos, sino las que nos levantamos, tengo la esperanza que la humanidad entera alguna vez se levante para ver la existencia desde una optica menos obtusa y más universal, y la certeza que "indudablemente el universo marcha como debiera".

No hay comentarios.: