Hubo un tiempo tan, pero tan lejano de nuestra época, que hasta las arenas han olvidado cuando cruzaron el cuello del reloj; fue el tiempo en que grandes héroes poblaron las tierras, desafiando al mal y obrando portentos dignos de hijos de dioses y hombres, y que habrían de recordarse aún en nuestros días. Héroes forjados en las duras dificultades de su tiempo y destinados a sufrir su destino, para bien o para mal suyo o nuestro, que dejaron innumerables historias para ser recordadas, imitadas o temidas, y que sirvieron de ejemplo a generaciones de tribus o a pequeñas civilizaciones para educar a los más jóvenes y así enseñarles el funcionamiento del mundo, o para inspirar a maestros y guerreros y poétas para seguir la senda del destino incierto, sin tropezar o desfallecer.
Había una vez unos héroes salidos de mil lugares, cuya misión era proteger el universo. Héroes dotados de superpoderes que solo podrían salir de la imaginación de los humanos, y que vivían con la lucha constante entre su identidad secreta y su disfraz de héroes, llevando en una mano el la responsabilidad de proteger cuanto existe, y en la otra la soledad inherente a su destino.
Hace un tiempo comenzaron a aparecer hombres y mujeres privilegiados por el destino para realizar actividades dignas de admiración. Desde seres venidos de otros planetas, con cuerpos poderosos y mentes sin igual, hasta hombres corrientes con valores intachables e integridad de acero. Dichos seres dejaron su imágen en nosotros cuando aún no distinguíamos lo real de lo irreal, y aún hoy, inconscientemente desearíamos ser como ellos.
Aún no se sabe si fue una tarde gris o una mañana lluviosa, quizá fue un día en el que el cielo se eclipsó, y una nube proveniente del norte hizo llover estiércol sobre el mundo entero. De repente los sueños desaparecieron; los antiguos héroes se desperdigaron como hojas por el viento y de su ejemplo sólo quedó el triste recuerdo de instantes violentos. La popularidad se volvió mas importante que la vida, y los nuevos ídolos tomaron el control del mundo, enseñándole a las nuevas generaciones a encarar el destino para convertirse en un ejemplo de vida.
1 comentario:
hola. Aunque he de parecer una intrusa, me permito opinar que los heroes actules son, a mi parecer, el reflejo de la lucha constante entre el hombre contra si mismo. Ahora, ellos tienen poderes que nosotros jamas tendremos en la vida real, pero sus debilidades frecuntemente colisionan con las reales. Sin embargo hoy los antiheroes son mas interesantes, ellos representan los demonios que les incitan a los "buenos" a el egoismo, la soberbia, idolatria y narcisismo a su propia figura. tal vez, a final d ecuentas no está tan alejado de la realidad ¿no?
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