miércoles, junio 14, 2006

Sobre las guerras el futuro

Considero que casi cualquier tipo de sectarismo es nocivo, ya sea político, religioso, deportivo, nacionalista, sexista, o cultural, ya que en la mayoría de los casos, no es el individuo quien escoge su “secta” conscientemente, es el azar quien lo lleva a ello, y en otras circunstancias hubiese escogido aquella por la que ahora siente oprobio. Esa la principal razón por la que no suelo ver deportes de competencia, pues desde mi punto de vista, el regionalismo no es una razón de peso para preferir un equipo sobre otro. Sin embargo tuve una visión mágica al presenciar por casualidad el inicio del partido del Mundial de Fútbol entre Corea y Togo, mientras los jugadores de ambos equipos se organizaron para cantar sus respectivos himnos nacionales antes de iniciar el partido. Durante ese breve espacio de tiempo compartí con los jugadores la nostalgia de sus tierras, de sus culturas, y sentí al presenciar los ojos rasgados de unos y la piel ébano de otros la emoción previa a la batalla que sintieron los guerreros antiguos. De repente los deportes de competencia se transformaron en una bella reminiscencia de guerras pasadas en tierras desconocidas, cuando los mejores guerreros de una tribu se enfrentaron a los de otra. Surgió una nueva esperanza al ver que es posible transformar las guerras en imágenes pacifistas.

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