viernes, enero 23, 2009

33

Enero transcurre como arrastrado por cuadrigas de inmensos corceles azuzados por centuriones prestos a entrar en la batalla, yo estoy en el limbo, como la bola de la ruleta que desconoce la casilla donde terminará, a punto de terminar mi año de vida número treinta y tres.

El último año ha sido tan decisivo como los últimos, pero tener la edad de Cristo tiene un significado especial para los hombres, y como no tenerlo, si Él cambió el mundo en ese lapso de tiempo, no sólo él; Alejandro, Mozart y un manojo de personajes se inscribieron en la história antes de cumplir los treinta y cinco.

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